Hay unas fechas super importantes en la vida de los coatepecanos: las fiestas patronales de San Jerónimo. Los coatepecanos las celebran con mucho fervor y dedicación.
Se lleva a cabo los último días del mes de septiembre y en especial dos días, Coatepec no duerme: cuando se hace el recorrido de los arcos y cuando se cantan las mañanitas.
Estos arcos monumentales que tardan meses en realizarse son los atractivos más llamativos de estas fiestas, así como la alfombra de aserrín en honor a San Jerónimo llena de colores que se instala en las principales calles de esta ciudad.
Cientos de personas se dan cita a estas festividades que pese a que en ocasiones se han visto amenazadas por la falta de apoyo de los gobiernos, la gente se las ingenia para que esta tradición no desaparezca y siga de generación en generación.
Sobre la fiesta, inicia con la elaboración de los arcos, la cual es conforme a la tradición ancestral de los indígenas nahuas, con flor de cuchara y flores de la temporada.
Los mayordomos guían a la comunidad en la elaboración de los arcos en los talleres instalados en las calles en los días previos a la fiesta.
La procesión se lleva a cabo el día sábado; por la tarde se realiza la bajada de los arcos, donde cientos de personas recorren las calles llevando a cuestas los arcos con destino a la parroquia de San Jerónimo y otras iglesias.
Después, pasan los sacerdotes trasladando la figura del santo patrono junto a comparsas de personas enmascaradas, haciendo de esto, un ambiente festivo lleno de música y color.
Esta fiesta ha logrado conjuntar la tradición religiosa y la cultura pues se llevan también actividades como exposiciones fotográficas, encuentros de música jarocha, talleres, presentaciones artísticas y pequeños stands.
Sin duda, es una de las fiestas más esperadas no sólo por los coatepecanos sino por habitantes de comunidades aledañas y turistas de varias partes del país y del extranjero.
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